Hace un mes supe que un niño, un par de años mayor que mi hija, de 7 años, la fastidia constantemente en la movilidad escolar. Le pone sobrenombres, la manda a callar, le dice cosas como “desearía que no existas” y más. Mabelita me lo contó muy triste: “Después de recogerme sube otro niño y los dos me fastidian juntos”.
Le pedí al señor de la movilidad que tenga en cuenta que mi niña no la estaba pasando bien para que la cambie de lugar, ya que iba sentada al lado de quien la molestaba, y de paso que me diera los datos de los padres del niño para comunicarme con ellos, ya que no deben vivir lejos de mi casa.
Luego le pedí a mi hija que le diga con firmeza que NO LA MOLESTE pero seguía. Le pedí que lo disculpe aunque lo que hacía estaba mal, que lo ignore, y trate de hablar con otros niños. Entonces, el niño ya no le dirigía la palabra pero le decía al resto que la fastidie o que no le hablen. A veces le hacían caso, a veces no.
Todo esto paso justo cuando el señor de la movilidad hizo un cambio y ya no venía él sino cambiaron a ser otras dos personas las encargadas del transporte de los niños de mi urbanización hacia su colegio. El mismo carro manejado por el primo, con la ayuda de una señora. Me dijeron que ambos estarían alertas a la situación. Le pedí por segunda vez al señor de la movilidad que me de los datos de los padres del niño para conversar con ellos y pedirles que aconsejen a su hijo, tal como yo lo hago con la mía, pero no me los envió.
En este punto mi hija ya había hecho 3 cosas, contarme lo mal que la pasaba todos los días, enfrentar al acosador y también tratar de ignorarlo. Días después llegó una llamada del colegio: “Señora, su niña no quiere irse, dice que no quiere regresar a casa en la movilidad y se ha encerrado en el baño”. Salí del trabajo a recogerla con el corazón hecho pasita y ese fue el último día que fue en la movilidad.
La única salida que tuvimos fue desde ese día en adelante llevarla nosotros mismos al colegio, antes de su horario de entrada – por fortuna a esta hora las profesoras ya están en el salón y también algunos amiguitos ya han llegado – y pedirle a la mamá de una de sus compañeritas, que vive a dos cuadras de la casa, que me ayude regresándola y de paso ganando alguito haciendo el servicio de media movilidad.
Así están las cosas en estos días. A veces mi esposo y yo llegamos tarde al trabajo porque el tráfico y la ruta son más pesados pero ella está más tranquila y vale la pena el esfuerzo.
Les cuento esto para que estén atentos y sepan escuchar a sus hijos cuando dicen que no quieren ir al colegio, ya que la violencia escolar también se da en las movilidades y los conductores no siempre -y creo que casi nunca- están capacitados para prevenir el bullying dentro de sus vehículos.
Tu niño puede estar siendo acosado en la escuela o movilidad si presenta una de estas señales
¿Les ha pasado algo parecido? ¿Qué habrían hecho en mi lugar?
Hasta la próxima!
MiReLa
Cada día que pasa los padres sienten la necesidad de estar alertas a las necesidades y “pequeños” problemas de sus niños. No es fácil pero es urgente que se les atienda. Felicitaciones mamita de Mabelita por detectar a tiempo el problema y darle solución. Ella y todos los niños merecen tener una niñez feliz y con mucho amor.