Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke realizaron un estudio que fue publicado online en la revista Brain, Behavior and Immunity, en el cual se descubrió que dormir mal se asocia con una mayor angustia psicológica y mayores niveles de biomarcadores asociados con un riesgo elevado de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2. También encontraron que estas asociaciones son significativamente más fuertes en mujeres que en hombres.
“Esta es la primera evidencia empírica que respalda lo que hemos observado sobre el papel del género y sus efectos sobre el sueño y la salud”, dice Edward Suárez, profesor asociado en el departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de Duke y autor principal de la revista. estudiar. “El estudio sugiere que dormir mal, medido por la cantidad total de sueño, el grado de despertar durante la noche y, lo que es más importante, cuánto tiempo lleva dormir, puede tener consecuencias más graves para la salud de las mujeres que de los hombres”.
Los investigadores estudiaron 210 hombres y mujeres aparentemente sanos, de mediana edad y sin antecedentes de trastornos del sueño. Ninguno fumaba ni tomaba medicamentos a diario y los investigadores excluyeron a las mujeres que estaban en terapia hormonal, lo que se ha demostrado en algunos estudios que altera los patrones de sueño en algunas mujeres.
Los investigadores descubrieron que alrededor del 40% de hombres y mujeres se clasificaron como personas que dormían poco, definidas por tener problemas frecuentes para conciliar el sueño, tomar 30 minutos o más para conciliar el sueño o despertarse con frecuencia durante la noche. Pero aunque sus calificaciones de calidad del sueño fueron similares, hombres y mujeres tenían perfiles de riesgo dramáticamente diferentes.
“Descubrimos que para las mujeres, la falta de sueño está fuertemente asociada con altos niveles de angustia psicológica y mayores sentimientos de hostilidad, depresión y enojo. En contraste, estos sentimientos no se asociaron con el mismo grado de interrupción del sueño en los hombres”, dice Suárez.
Las mujeres que informaron un mayor grado de interrupción del sueño también tuvieron niveles más altos de todos los biomarcadores probados. Para las mujeres, la falta de sueño se asoció con niveles más altos de proteína C reactiva e interleucina-6, medidas de inflamación que se han asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y niveles más altos de insulina. Los resultados fueron tan dramáticos que de esas mujeres, el 33% tenía niveles de proteína C reactiva asociada con un alto riesgo de enfermedad cardíaca, dice Suárez.
“Las mujeres que informaron haber tardado media hora o más en quedarse dormidas mostraron el peor perfil de riesgo. El buen sueño está relacionado con la buena salud”.
El estudio fue apoyado por una subvención de los Institutos Nacionales de Salud.
Fuente: Science Daily